Un trabajo de mierda es tan inútil que la persona que lo hace lo sabe.
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La sociedad de hoy está llena de inútiles trabajos de mierda.
En 1930, el economista John Maynard Keynes afirmó que para el siglo XXI, los avances tecnológicos darían como resultado que los países desarrollados adopten una semana laboral de 15 horas.
Keynes tenía toda la razón sobre los avances tecnológicos, pero sus predicciones sobre el trabajo difícilmente podrían haberse alejado más de la marca. ¿Por qué?
La verdad es que los trabajos de mierda han ido creciendo lentamente en número.
Según un informe citado por el autor, el número de personas que trabajan en la industria, la agricultura y el servicio doméstico se desplomó entre 1910 y 2000. Mientras tanto, los trabajos profesionales, gerenciales, de ventas y servicios se han triplicado, y ahora representan el 75 por ciento de todos los trabajos estadounidenses.
En otras palabras, los trabajos productivos han sido destruidos en grandes cantidades. Es posible que hayas escuchado comentaristas hablando sobre cómo los robots y la tecnología pronto destruirán innumerables trabajos. Bueno, eso ya sucedió. Es solo que, en lugar de la disminución general del empleo, de alguna manera hemos inventado una gran cantidad de trabajos de mierda para llenar el vacío, desde administradores universitarios hasta investigadores de relaciones públicas, asesores de recursos humanos y gerentes intermedios. Todos estos son trabajos que, en general, no existían hace 100 años.
Y aquí está la cosa: ninguno de estos trabajos es realmente necesario. A diferencia de los limpiadores, los conductores de autobuses y las enfermeras, cuya ausencia llevaría a las ciudades y a la sociedad a un punto muerto, los cabilderos y los CEO de capital privado no son realmente tan importantes. Sin ellos, la vida no sería peor.
En otras palabras, los trabajos de mierda se caracterizan por ser inútiles. Entonces, ¿cómo se sienten las personas que laboran en este tipo de trabajos?
Una encuesta de YouGov de 2013 en Gran Bretaña encontró que un 37 por ciento de las personas creían que sus trabajos no hacían una “contribución significativa al mundo”. Una encuesta similar en Dinamarca puso la cifra en 40 por ciento.
Algo en nuestra cultura política y moral, y en la forma en que trabajan nuestras organizaciones, nos empuja a más y más de nosotros a trabajos de mierda. Y el primer paso para comprender esto es llegar al núcleo de lo que hace que un trabajo sea una mierda.