Aplicaciones secundarias.
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Aunque los datos generalmente se recopilan para un propósito específico, a menudo hay aplicaciones secundarias que tienen un valor aún mayor.
Cuando las empresas recopilan datos, generalmente tienen un propósito específico en mente: las tiendas recopilan datos de ventas para su contabilidad financiera, las fábricas monitorean su producción para rastrear la productividad y los sitios web rastrean los movimientos del mouse sobre sus páginas para optimizar la experiencia del usuario de sus clientes. Considera también el sistema de pago interbancario Swift, que recopila datos sobre los miles de millones de transacciones financieras que procesa en todo el mundo para proporcionar registros precisos de los clientes.
Pero, cada vez más, las empresas están encontrando usos secundarios para los datos que han recopilado que a veces son incluso más valiosos que el uso original. Por ejemplo, Swift descubrió que sus datos de pago se correlacionan bien con la actividad económica global. Como resultado, la compañía ahora ofrece pronósticos de PIB altamente precisos derivados de sus datos de transacción.
Los viejos términos de búsqueda en Internet de las personas son otro gran ejemplo de cómo los datos pueden encontrar usos secundarios. Al pie de la letra, la información parece ser de poca utilidad después de haber realizado su función principal: devolver los resultados de búsqueda al usuario, pero empresas como Experian permiten a los clientes extraer estos datos para conocer los gustos y tendencias del mercado de sus clientes potenciales, una verdadera mina de oro a cualquier empresa minorista.
Del mismo modo, las compañías de teléfonos móviles acumulan datos de ubicación en tiempo real de sus usuarios como parte de las llamadas de enrutamiento. Estos datos tienen numerosos usos potenciales, desde el monitoreo de los flujos de tráfico hasta la entrega de publicidad personal basada en la ubicación.
Esta tendencia no ha pasado desapercibida. Las empresas e individuos expertos en big data, conscientes del valor de dichos datos, ya están diseñando productos y sistemas para capitalizar los posibles usos secundarios de los datos que ellos y otros recopilan.